miércoles, 27 de febrero de 2008

Decálogo para el tiempo de elecciones 2

3. Hoy vivimos un tiempo en que, a falta de convicciones y valores más profundos y contrastados, se percibe una credulidad y simpleza generadora de hombres y mujeres fáciles de seducir. Por ello, contra la admiración excesiva, simple y poco crítica de los líderes avalados por los medios de comunicación, proponemos el apoyo de trayectorias comprometidas con la mejora de los derechos de todos.

¿Y qué mejor contraste y de mayor confianza para los cristianos que la evaluación de esas trayectorias a la luz del Evangelio?

4. También echamos de menos en estos días de campaña, caracterizados por un ambiente de mayor crispación, que con frecuencia cae en el insulto, la serenidad de una crítica reflexiva de las posiciones del adversario.

La crispación nace de entender que la mejor defensa de nuestras “verdades” se logra destacando los “errores” del otro; Por el contrario, la serenidad nace del fundamento y la confianza en nuestros propios argumentos. ¿A qué obedecerá la actitud de quienes desean ganarse el favor de los electores suscitando la crispación, sino a la debilidad de sus propios argumentos?

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